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Addison enfermedad

 

La enfermedad de Addison, también conocida como insuficiencia corticosuprarrenal primaria, es un trastorno de las glándulas suprarrenales, que se caracteriza por la deficiencia en la producción de hormonas esteroides. 

Las glándulas suprarrenales están situaciones sobre el polo superior de los riñones, y se encargan de producir diversas hormonas, que son esenciales para la vida de una persona. Entre las más importantes encontramos el cortisol, la aldosterona, y las catecolaminas. 

El cortisol, también llamada “hormona del estrés” se encarga de mantener estables los niveles de azúcar en el cuerpo, interviene también en el metabolismo de las proteínas y grasas. En situaciones de estrés, es la hormona encargada de preparar al cuerpo para la lucha, o bien la huida. 

La aldosterona interviene en la regulación del agua corporal, así como en el mantenimiento de los niveles de sodio y potasio en sangre. De esta manera contribuye a la regulación de la presión arterial y evitar la deshidratación en el cuerpo. 

Las catecolaminas son sustancias que también contribuyen a la regulación de la presión arterial y de la glucosa en sangre. En este grupo encontramos la adrenalina y noradrenalina. 

En la Enfermedad de Addison, hay deficiencia de estas hormonas (cortisol, aldosterona y catecolaminas), por lo tanto, la sintomatología está relacionada a la deficiencia de estas hormonas. Aparecerá entonces una persona con presión arterial baja, así como hipoglucemias (azúcar baja en sangre), ocasionando: cansancio, debilidad, dificultad para concentrarse, mareos, sensación de inestabilidad y/o desvanecimiento, pérdida del apetito, adelgazamiento, nauseas, vómito, diarrea, dolor abdominal y fiebre, entre otros. 

Es un padecimiento de curso lento y progresivo, de manera que en etapas tempranas es muy difícil diagnosticarla, siendo en cambio, fácil de reconocer en etapas avanzadas. 

En etapas iniciales pueden presentarse algunos de los síntomas asociados a una situación de estrés, por ejemplo cambio de lugar de residencia, discusiones con la pareja, luego de una infección severa o bien posterior a una cirugía. Luego de un tiempo de reposo, todo vuelve a la normalidad. De manera que se presentan los síntomas en paroxismos, temporadas bien y temporadas mal, y casi siempre los síntomas se atribuyen a infecciones como la gripe, agotamiento físico por exceso de trabajo, o incluso se diagnostica erróneamente como algún trastorno psiquiátrico. 

Conforme avanza la enfermedad, y se va perdiendo más reserva de cortisol, los síntomas se hacen más constantes, y de mayor intensidad, llegando incluso al punto de llevar a la persona a la postración en cama. 

Este padecimiento debe sospecharse en toda persona que presente síntomas sugestivos de insuficiencia suprarrenal posterior a haber padecido alguna infección severa, traumatismo o cirugía. Su prevalencia en pacientes hospitalizados en la Unidad de Cuidados Intensivos es alta. 

También debe sospecharse en personas con trastornos emocionales sin explicación aparente, es decir sin alguna causa que este ocasionando la alteración psicológica, en personas con pérdida de peso importante sin explicación (no realizan cambios en la actividad física, no hay cambios en la dieta, se descarta la presencia de infecciones crónicas como la tuberculosis y neoplasias o tumoraciones). Ante hipotensión arterial y/o hipoglucemia sostenida, así como fatiga y debilidad sin otra explicación. 

Se debe hacer énfasis en que siempre que una persona presente alteraciones psicológicas y/o psiquiátricas, debe descartarse un trastorno orgánico, generalmente hormonal, antes de etiquetar como psiquiátrico al paciente. Ya que un alto porcentaje de estas personas, tendrán algún trastorno hormonal. En primer lugar figuran los problemas de tiroides, seguidos por los de glándulas suprarrenales. 

Esta es una condición que puede poner en riesgo la vida de la persona, por lo que es importante conocerla, hacer un diagnóstico temprano e iniciar tratamiento en forma inmediata, para mejorar las condiciones clínicas de la persona y su calidad de vida, así como evitar y/o prevenir posibles complicaciones. 

Dentro del tratamiento, se requiere medicación en forma permanente, a base de corticosteroides (hidrocortisona, fludrocortisona y DHEA) para sustituir las deficiencias hormonales, así como llevar una dieta equilibrada (baja en carbohidratos simples y alta en proteína) y la realización de actividad física en forma regular. 

La instauración de medias que ayuden a controlar el estrés y la ansiedad son muy favorables, puesto que aumentan la cantidad de cortisol en el cuerpo, y con ello, la sensación de bienestar general, además de que permiten un mejor control de la enfermedad, llegando incluso a requerir menor dosis en la medicación y menor riesgo de descompensación. 

Dentro de estas terapias, está aceptado la realización de yoga, meditación, masaje terapeútico, musicoterapia e Hipnosis Clínica Directa, así como el apoyo con ciertas hierbas medicinales. 

Con tratamiento, la tasa de mortalidad es similar al de la población en general. 

De igual manera, con el tratamiento adecuado, se puede llegar a tener una buena calidad de vida.

 

Le recomendamos realizar nuestro curso: 

 

          Curso 26 - Enfermedad de Addison y tratamiento con Hipnosis Clínica Directa

 

 

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Documentos:

03-Indice-glucemico-de-los-alimentos-Hipnosis.pdf

1HIPOCORTISOLISMO.pdf

2Insuficiencia-corticosuprarrenal-primaria-Enfermedad-de-Addison.pdf

3Enfermedad-de-Addison-un-reto-diagnostico.pdf

Crisis-suprarrenal.pdf

Diagnostico-y-tratamiento-de-la-Enfermedad-de-Addison-ejemplos-de-su-manejo-clinico.pdf

Fibromialgia.pdf

Sistema-neuroendocrino-y-actividad-fisica.pdf